jueves, 26 de noviembre de 2009

MUSICA DE JAZZ

lunes, 9 de noviembre de 2009

MI PRIMER ORDENADOR


Hoy en día (2009) el ordenador constituye un elemento más  en nuestra vida cotidiana, junto al resto de nuestro equipamiento doméstico. Pero no ha sido tan sencilla esta integración. Han  tenido que pasar más de 40 años para que este hecho nos parezca tan habitual. 
Cuando me refiero a ordena-dor, lo hago como aquella máquina  a la que de alguna manera le "ordenamos"  la resolución de, por ejemplo, aquellas operaciones aritméticas que realizábamos paciéntemente a mano, sumando, restando, etc.. y como el ordenador ha ido creciendo junto a nuestras necesidades, pues hoy en día  ha evolucionado tanto que su funcionamiento ha dejado de ser mecánico y ha pasado a ser electrónico, mediante la utilización de diminutos chips podemos incluso dar las órdenes hablando delante de un microfono y le podemos pedir hasta que nos haga el pedido a la tienda de comestibles, hasta que nos traslade a cualquier parte del mundo (internet) y que se yo ahasta donde se podrá llegar en un futuro próximo y no digamos nada del más lejano, si ya hoy mismo las aeronaves funcionan con un ordenador o varios que controlan todos los movimientos de éstos aparatos por el espacio, y el hombre practicamente lo único que hace es dar instrucciones orales a la máquina.

Pues bien, en lo que a mi respecta, fue entrados ya los años sesenta, después de haber terminado mi bachiller y cursado  estudios de cálculo y contabilidad y licenciado en S.M. (Servicio Militar),  cuando tomé  mi primer contacto con las primeras máquinas calculadoras: La resti-suma, de Olivetti, que contribuía al desarrollo muscular que tu no veas, pues cada numero marcado implicaba un movimiento de la palanca y cuando estaban todas las cifras marcadas, con el indicador frontal podías sumar o restar y hallar el resultado; aparte te acompañaba una musiquilla mecanica que te hacía seguir cualquier canción de la época, os estoy hablando de los años 1963 ó 1964 
Pasado algún tiempo después, el representante de la casa Olivetti en Vitoria, el Sr. Padilla.  llego a la Empresa con una fulgurosa novedad, no había que darle a la MANIVELA se marcaban los números y un motorcito hacía todo lo demás; fué adquirida sin más. Se trataba de la  divi-suma. Aquello era otra cosa,  un poquillo lenta, te daba tiempo de fumar un cigarrillo (entonces se podía fumar en el puesto de trabajo) , nunca comprobamos el gastos de energía eléctrica pero por el tiempo que tardaba hubiesemos tenido que considerarlo en el rendimiento, pues como la división fuese de las gordas,  se tiraba un buen rato rin-ran, rin-ran, pero el resultado aparecía en la tirilla exacto y te compensaba suplidamente.


Más adelante, y con la competencia que iba surgiendo en el mercado de las calculadoras aparecieron otros modelos, japonesas, alemanas sacaron otros modelos pero en definitiva basados en la mecánica de los primeros, eran más rápidos pero con el mismo concepto de máquina para calcular.


En el departamento de calculo que funcionaba dentro de mi empresa, se utilizó uno de los primeros calculadores electrónicos, también de Olivetti; eran un tanto descomunal con un máquina de escribir incorporada. La utilizaban en el cálculo de estructuras para viviendas, y sacaba unas tiras con todos los cálculos de los hierros necesarios según las cargas y sobrecargas introducidas. Les ahorra mucho trabajo manual que ejercían con la ayuda de una regla de calculo que usaban los calculistas habitualmente estaban super contentos, además la máquina les daba una tirilla con el cálculo realizado que les servía de comprobante en cualquier caso de que hubiese alguna duda en la obra.
Estos avances se reflejaban también en los talleres mecánicos donde las máquinas eran controladas ya por ordenadores, muy elementales al principio pero poco a poco, en tornos, fresadoras, mandrinadoras,..etc han ido sustituyendo a los cálculos manuales de los mecánicos ajustadores.


Pero bueno no quiero perder el hilo de mi narración, si es que puede considerarse así. Corrían ya los años ochenta cuando aparece en el mercado un pequeño programa el  MSX LOGO que se utilizaba en los colegios para dibujar cosillas con una tortura (me imagino que todos - LOS DE MI QUINTA CLARO - os acordareis que gozábamos cuando a nuestros hijos les mandaban hacer algún dibujo en casa; pero como funcionaba aquello, por supuesto en un primer pc, yo tenía un AMSTRAND por lo tanto ese fue mi primer ordenador doméstico, pero aparte de juegos y dibujar con el LOGO poco más se podía hacer.